Las hormigas tambien hablan

De la vida real.

Hace años, charlaba con un compañero del ministerio sobre el colapso de algunos líderes espirituales producto de los fracasos frecuentes y la incapacidad para reponerse de las consecuencias que cada uno de estos trajo. Él me contaba la siguiente historia:

Leí acerca de un sievo de Dios que había tenido algunos fracasos y pese a que había tratado de comnenzar de nuevo en varias ocasiones, se sentía altamente frustrado, decaído y triste. Este hombre se encerró en su habitación y acostado boca abajo, miraba al suelo y a la pared. Allí permanecía largas horas sumido en la depresión y lamentándose de su situación.

Un día, se hallaba él en uno de sus peores momentos, y se entretenía mirando a una pequeña hormiga que llevaba en sus “hombros” una miga de pan. La hormiga trataba de subir por la pared con su carga, pero cuanto intento hacía fracasaba. Vovía de nuevo, subía unos centímetros y nuevamente caía. La persistencia de esta pequeña hormiga le llamó, la atención y comenzó a contar las veces que esta subía a caía. Le llamó la atención que, en cada esfuerzo que hacía, mas alto subía, hasta que por fin, llegó a al techo con su carga y, metiéndose por un pequeño agujero, desapareció completamente. Según cuenta este hombre, casi setenta veces la hormiga intentó subir sin deshacerse de la carga, hasta que por fin pudo culminar con el éxito sus intentos.

Ningún sermón, ningún consejo, nada había hablado mas profundamente a su vida que el ejemplo de esta pequeña hormiga. Dios usó, este ser insignificante para hablarle: “Si esta hormiga lo logró, tu también puedes”.

Se sobrepuso abruptamente, se levantó de su cama y le dijo a Dios: Señor, hasta quí llegó mi fracaso, comenzaré de nuevo, pero ahora, para llegar....