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Anécdotas

lunes, 22 de septiembre de 2008

CUANDO JUAN MATÓ A SU AMIGO

Cuando Juan mató a su amigo….

Cuando Juan mató a su amigo mas allegado, nunca pensó en la odisea que le esperaba. Una simple discusión terminó en una gran pelea que derivó en la muerte de su amigo.
Él sabía las consecuencias de aquella acción por lo cual decidió huir lejos, muy lejos.
En otro país, en su nuevo pueblo, trataba de olvidar el incidente, en tanto que la policía lo buscaba intensa e infructuosamente.
El tiempo pasó. Juan quiso rehacer su vida. Se buscó un buen trabajo. Este le trajo cierto grado de bienestar y confort que rara vez se acordaba de lo que en el pasado había sucedido.
Juan constituyó su hogar, asistía asiduamente a una iglesia y, como para atenuar su conciencia se dedicaba a ayudar a los mas necesitados de acuerdo a su situación. En todo esto encontró cierto grado de seguridad y felicidad.
Pasaron alrededor de 30 años, cuando Juan, añorando volver a ver a su familia que había dejado atrás tantos años, decidió hacerles una visita. Al fin y al cabo el tiempo había pasado, ya nadie se acordaba del acontecimiento, él había mejorado su calidad de vida y algo mas, había ayudado a muchas personas en sus necesidades.
Esta consideración lo llevó a tomar la decisión: regresar a su pueblo. El encuentro familiar fue muy emotivo; muchos años de ausencia y ahora nuevamente allí, el lugar de donde hacía mucho tiempo había salido.

Pero, ¡sorpresa de las sorpresas!. No pasaron algunas horas, cuando la policía apareció con una orden de arresto para Juan.

-- Si eso ocurrió hace ya treinta años…. Alegó Juan

-- Si, contestó la policía, pero tienes una cuenta pendiente con la ley.

-- Pero en todo este tiempo yo me he dedicado a mi familia y a hacer el bien… replicó Juan…

-- Pero tienes una cuenta pendiente con la ley que no has saldado. Le decía la policía vez tras vez.

Se llevaron a Juan. Nada borró su pasado; ni el tiempo, ni su buena reputación, ni sus obras filantrópicas. Para Juan la ley lo condenaba, la ley lo sentenciaba, la ley era inflexible.

Amigo, la historia de Juan no hace más que representar la historia de cada ser humano.

Dios nos declara culpables ante Él. “Por cuanto todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios”. Esto quiere decir que todos tenemos una deuda pendiente sin saldar con Dios. Cuando estés ante su presencia no valdrán las excusas: no valdrán tus buenas obras, tampoco tu vida piadosa. Dios te dirá: Tienes una cuenta pendiente conmigo y debes pagarla.

Sin embargo, Dios es bueno y misericordioso ya que ha establecido una forma para liberarte de la deuda y la condena. Dios sabe que el hombre no tiene crédito para pagarle, por lo que Dios envió a Jesús, Su hijo Unigénito, quien pagó tu deuda muriendo por ti en la cruz. Tu deuda con Dios ya ha sido saldada, solo tienes que acudir con fe a Jesucristo, pedirle que acredite a tu favor el perdón ante Dios. Acércate a él y dile: Jesucristo, reconozco que soy pecador, mi pecado me condena, pero yo recibo, por la fe en tu sacrificio, el perdón y la salvación.

Solo así estarás libre y sentirás el verdadero bienestar y la paz que solo Jesús sabe dar.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquél que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna” Juan 3:16

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