Tres hombres desorientados
Hacía días que no salía fuera de casa, tenía bastante trabajo que hacer, pero ayer, necesariamente, salí a resolver asuntos importantes para la familia. A la oficina hacia donde tenía que dirigirme quedaba bastante lejos y, como al auto lo estaban reparándolo en el taller, decidí salir a pié. Realmente me gusta caminar. En una caminata al centro de la cuidad suelo encontrarme con varias personas conocidas y es una alegría siempre que puedo saludarlos y entrecruzar una palabras aunque sea con ellos.
Salí. Caminé alrededor de cinco cuadras, cuando un señor que venía en su auto, me intercepta y me llama la atención preguntándome:
-- Señor, por favor, puede usted decirme dónde está la Fabrica de aluminio ALUAR?, ¿falta mucho?
A lo que le respondí: -- Escuche Señor. La fábrica de aluminio esté bastante lejos de aquí. Usted viene mal y se está alejando mas. Dé la vuelta, tome la calle paralela hasta la calle “tal” siga directo, que esa calle lo lleva hasta allá.
Aquél hombre me dio las gracias por haberlo orientado correctamente.
Seguí caminando unas cuadras más, y justo, cuando iba a cruzar una calle, en señor que venía en bicicleta, se acerca a mi y me pregunta:
__ Perdone, Señor, ¿me falta mucho para llegar a la Terminal de Ómnibus?
A lo que le contesté: __ Usted va en dirección contraria a la Terminal. Tome la calle “tal” y vaya recto hasta la calle “mas cual”, de ahí doble a la izquierda y va recto a la Terminal.
Mientras que seguía caminando iba hablando conmigo mismo. Me decía interiormente:
--¡Que casualidad, dos personas desorientadas me preguntan lo mismo.
Llegue a la oficina, resolví el asunto que me llevaba allí. Salí y caminé hasta la esquina calle abajo a esperar un taxi que me trajera de regreso a casa. Estando en esa espera, veo pasar a un hombre que miraba la numeración de los edificios. Se veía contrariado y cuando me ve, viene a mi y me pregunta:
__ Señor, perdone, dónde esta la oficina tal.
__ Justo en la esquina.
El hombre, casi llegando había perdido el rumbo y necesitaba orientación.
Mientras pensaba en estos tres incidentes muy parecidos, una voz interna me decía:
__ Estos tres hombres representan a la humanidad desorientada. Algunos están muy lejos del Reino de Dios y es necesario marcarles el camino exacto, correcto y viable para llegar.
El segundo representa a aquellos que van en dirección contraria y es necesario hacerlos entender que deben volverse a Dios para llegar a destino seguro y correcto.
El tercero representa a aquellos, que estando a la puerta del reino, se turban y pierden el rumbo a última hora, y es necesario darles la última ayuda para que logren entrar.
Después me pregunté: ¿Qué hubiera sido de estas personas si yo no hubiera sabido el camino?. ¿qué hubiera sido de ellos, si yo les hubiera orientado mal?.
¿Estamos nosotros en capacidad para orientar correctamente a este mundo desorientado para que puedan encontrar el camino de la salvación?
Para esto hay que conocer el camino, haber andado por él para mostrárselo claramente y sin equivocación a las gentes que se acerquen a nosotros pidiendo ayuda.
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sábado, 6 de febrero de 2010
Tres hombres desorientados
Publicado por El pastor Luis E. Llanes en 17:17
Etiquetas: De la vida real: Tres hombres desorientados
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