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Anécdotas

jueves, 4 de diciembre de 2008

El ratón y el queso

En toda conversación con pastores, de alguna forma u otra, siempre sale a colación algún sermón que sirvió de bendición, alguna experiencia que marcó el ministerio y a veces alguna que otra ilusatración que tiene que ver con la charla mantenida. Esta ilustración la escuché en una de esas charlas, que, realmente, ya no me acuerdo cuando fue y con quien fue, pero nunca se me olvidó el contenido de la ilustración. Dice asi:

La mama ratona, (por no dicerle “rata”, pobrecita), en su último parto tuvo tres ratoncitos. Entre ellos había uno que era muy osado, mas que osado, desobediente. No hizo mas que abrir los ojos y se le escapaba a la madre, de tal forma que la mama ratona tenía que disciplinarlo de vez en cuando. Cuando los ratocitos crecieron un poquito y que ya estaban en capacidad para ser enseñados, una noche y cuando ya ellos se disponían a hacer su ronda nocturna por la cocina de la casa, para ver si encontraban algo de comer de lo que había quedado de la cena, la mama ratona los llama y les dice:

- Hijos, es bueno que ustedes sepan que la vida de la casa no es igual que la vida de la cueva. Afuera de la cueva van a encontrar muchos peligros. Hay unos gigantes que caminan en dos patas llamados hombres que son enemigos acérrimos de nosotros los ratrones. Ellos hacen todo lo que está a su alcance para matarnos. No tienen piedad ni de grandes ni de chicos, el afan de ellos es exterminarnos. Para esos fines esos gigantes usan dos métodos: uno, el uso de otro animal de cuatro patas llamado gato que son expertos en cazar ratones. Ratón que se le ponga a tiro, ratón que no escapa. El otro método es el uso de un aparato llamado ratonera.. Este aparato está compuesto por una tabla cuadrada, con un alambre duro cuadrado que lo hace reaccionar un resorte y en el escape del resorte le colocan un pedacito de un alimento llamado queso que es el delirio de nosotros los rartones. El queso nos apasiona. Cuando comes una vez tienes que seguir comiendo. El queso tiene un olor y un sabor riquísimo. Hijos, el queso en sí mismo no es malo, pero cuando el queso esta colocado en la ratonera es mortal. ¡Ni se les ocuerra acercarse a una ratonera con queso!


- Muy bien mamá, gracias por aconsejarnos.- Le respondieron los ratoncitos.

El ratoncito desobediente, sigilosamente se deslizó por toda la orilla de la pared, evitando ser visto del gato, que en esos momentos estaba durmiendo. Llegó a la cocina y sintió la fragancia del olor del queso. Institivamente se dirigió al lugar donde estaba ubicado, pero cuando iba lleando, dió un parón de súbito, porque el queso no estaba tirado en el piso, estaba en el aparato llamado ratonera que su mamá le había descrito esa noche antes de salir. Le llamó la atención, porque nunca había visto una ratonera. Nunca había probado el queso. Solo había oído decir que el que era el delirio de los ratones, pero a la vez que en una ratonera podía ser mortal.

-Bueno, yo no voy a comer, se dijo, voy solo a ver como es ese aparato.

Se acercó cuidadosamente, pero la cercanía hacía mas intenso el olor al queso.

- Realmente el queso huele rico.... debe ser sabroso también.... pero mi mamá me dijo que la ratonera era la peligrosa.

Se acercó un poco mas atraído por la novedad.

- Quizás mamá exageró un poco para asustarnos, no parece tan peigrosa como mama nos dijo. Se decía el ratoncito.

Llegó sal borde de la ratonera y, como era tan osado se dijo:

- Voy a tocar la ratonera a ver que pasa...

El ratoncito en su osadía tocó la ratonera y se retuvo.

- ¿No lo decía yo? ¿de dónde mama sacó que era tan peligrosa...

El ratoncito, ya más confiado se subió a la ratonera, el olor al queso era demasiado fuerte para resisterse, pero, volvió atrás bastante aliviado.

- Me parece que eso que dice mi mamá son cosas de viejos. El queso es rico, la rato
nera parece inofensiva. Me subí y no pasó nada. Bueno, con probar no se pierde nada...

Diciendo y haciendo. Subió con cuidado a la ratonera, se detuvo un poquito, esperó, nada pasaba. Esto lo animó a acercar su ociquito al queso que lo invitaba fuertemente a que probara.

- No - dijo el ratoncito - mi mama me dijo que en el disparador del resorte estaba el peligro.
volvió hacia atrás, nuevamente el ratoncito.

- Si... pero también me dijo que la ratonera era peligrosa y no pasó nada cuando me subí. Me parece que a mamá se le ha sibido la vejez a la cabeza y exejera bastante. El queso es rico, la ratonera no es peligrosa..... ¡voy a probar un pedacito nada mas....si...solo un pedacito y no va a pasar nada...

Subió nuevamente a la ratonera, se acercó al queso, olió profundamente, volvió a oler; el ociquito le temblaba y al fin se decidió... no hizo mas que rasgar el queso con sus dientecillos, y rásssss....

Según dicen algunos, que el ratoncito jamás pudo contarle a la madre lo que le pasó....

Moraleja: AGUA QUE NO HAS DE BEBER.... DÉJALA CORRER...



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