Las virtudes del jabón

Hace mucho tiempo, recordaba, estaba hablando con un pastor amigo sobre la dificultad que algunos tienen para comprender el significado de la salvación y la eficacia de la sangre de Jesucristo para limpiar el pecado del hombre. Mientras que hablábamos el me dijo la siguiente anécdota, no se si es de la vida real o no, pero lo cierto es que nos enseña algo sobre este asunto. Me decía:

“Un pastor tenía un amigo que se dedicaba a la venta de productos de limpieza. Estaba bien económicamente, y según él, no necesitaba la religión para vivir. Se mostraba escéptico, y hasta en cierto grado, algo burlón cuando el pastor amigo le explicaba sobre la sangre de Cristo como remedio para el pecado.

- Si la sangre de Jesucristo limpia de todo pecado, ¿por qué hay tantos pecadores en el mundo?. Parece que no es tan efectiva como usted dice. – Le respondía su amigo siempre que le explicaba esta enseñanza.

Una, dos, varias veces, pero el pastor no se daba por vencido, y oró a Dios y le dijo:

- Señor, ilumíname para poder explicarle a este hombre de tal forma que entienda.

En cierta ocasión salieron a caminar y llegaron a un lugar donde se encontraban varios chicos jugando, tirados en la tierra y todos embarrados por el lodo que cubría toda su ropa. Cuando el pastor vio aquella escena, su mente fue iluminada. Dirigiéndose al amigo escéptico le dijo.

- Fulano, usted me ha estado habando acerca de las virtudes de su jabón de lavar. Si su jabón es tan eficaz como usted dice, ¿por qué esos chicos tienen sus ropas tan sucias?

El hombre se quedó un tanto perplejo por la pregunta aquella que lo tomó un tanto de sorpresa, pero reponiéndose le respondió al pastor:

- Eso es obvio, si sus madres no lavan sus ropas con mi jabón, no se verán los efectos de mi producto.

A lo que le replicó el pastor:

- Lo mismo pasa con la sangre de Cristo, si el hombre pecador no se lava en la sangre de Cristo, seguirá tan sucio como siempre. Es necesaria la aplicación de la sangre de Jesucristo que limpia todo pecado.

Quedó tan impactado el hombre por la respuesta del pastor, que pudo entender los mecanismos espirituales que utiliza Dios para solucionar el pecado y sus efectos.

“LA SANGRE DE JESUCRISTO, SU HIJO, NOS LIMPIA DE TODO PECADO”