VISITE LA RED DE BLOGS LUZ Y VERDAD

Archivo

Anécdotas

viernes, 6 de febrero de 2009

Mudanza para San Rafael (Parte 2)

Parte II
Pero el problema era cómo ir. No teníamos ni un centavo ni para alquilar y mucho menos para comprar una casa. Pero sabíamos, que Dios estaba en el asunto y que algo iba a pasar.
En una oportunidad, charlando con mi esposa, ella me dice: ¿Por que no hablamos con el Hno. Ricardo Nicholson para ver si nos ayuda para comprar una casa?. Yo, un poco escéptico y lastimosamente le contesté: Mi amor, si los misioneros americanos no compran casa para vivir en los lugares donde están, ellos alquilan, ya que son aves de paso. Ella no me contestó nada.
En esos días recibimos la visita de la Mna. Cecilia Marti que fungía de ayudante de misioneros y le expusimos la idea. Pero ella nos contestó lo mismo. De esta forma, humanamente parecía, que era imposible. Sin embargo mi esposa insistía en la idea, por lo cual, para complacerla. En una oportuninidad,Hno Nicholson, no9s visitó, oportiunidad que tuvimos para expopnerle el plan de irnos para San Rafael, pero que necesitábamos dinero para comprar una casa. Le preguntamos sobre las posibilidades de ayuda para este proyecto y él nos contestó: Bueno, no les aseguro nada, pero yo tengo que dar un viaje a Estados Unidos la semana que viene. Voy a hablar con el Hno. Triplet y vamos a ver que pasa.
Durante ese tiempo estuvimos orando por el dinero. Pasaron alrededor de 10 días y una tarde, la vecina nos llama, porque teníamos una llamada telefónica por su teléfono. Justo era el Hno. Nicholson, que había llegado de Estados Unidos, me llamaba para comunicarnos que había conseguido el dinero para comprar la casa.
Dimos gracias a Dios, porque el primer muro había caído. Hice planes para hacer un viaje previo a San Rafael. Pero antes de salir nos reunimos toda la familia para orar. En esos momentos les pregunto: ¿Qué tipo de casa queremos?. Cada uno comenzó a describir el tipo de casa que necesitábamos. Uno dijo: Necesitamos una casa grande, de cuatro dormitorios. El otro agregó: Que tenga dos baños pues somos siete de familia. Otro dijo: Que tenga recibidor y una oficina. Otro dijo: Que tenga teléfono. Que tenga entrada de garaje y patio.
Claro, todos pedían de acuerdo a sus intereses, por lo cual, yo también puse mi granito de arena y dije: Que tenga un living amplio para comenzar las reuniones, que esté en un barrio en que no haya iglesias, y que tengas todos los servicios.
Realmente Dios tenía que hacer un milagrón para encontrar una casa con todos los detalles que la familia había pedido. Oramos por esa casa descrita. Con esa casa en el corazón fui a San Rafael y con esa casa llegué para comprarla.

0 comentarios: