Mudanza para San Rafael. (Parte 3)

Parte III
Hice el viaje. Llegué temprano. Comencé la búsqueda de inmobiliaria en inmobiliaria. Cuando les describía el tipo de casa que quería, todos me contestaban igual: - Señor, ese tipo de casa, aunque las hay, pero no tenemos ninguna para la venta ni alquiler.
Llegó el medio día y nada había resuelto. Las casas que aparecían eran pequeñas para nosotros, o en lugares muy apartados y ninguna se avenía al modelo deseado. Por la tarde volví a salir para indagar en las inmobiliarias que me quedaban por visitar. Llegué a una y nada, a otra y nada. Pregunta por aquí y pregunta por allá. En ese ínterin alguien me pregunta: ¿Usted estuvo en la inmobiliaria de la calle Moreno?. Le contesté que no, pero me dispuse agotar todos los recursos para resolver. Aunque me sentía un poco desalentado, pero no me sentía vencido y decidí, ya como última instancia, dirigirme a la inmobiliaria de la calle Moreno. Allí me atendió el dueño, el Sr. Díaz. Me hizo sentar en una silla frente a su escritorio, y le expliqué el tipo de casa que buscaba.
Sacó una libreta, anotó mi pedido y a la vez me iba mostrando las casas que tenía para vender. De todas las que me mostró, solo una tenía tres dormitorios y no reunía otras características necesarias para nosotros. De todas formas me dijo: - Mire, vamos a hacer una cosa, subamos al auto y hagamos un recorrido por las casas, quizás a alguna se le puede hacer algún tipo de arreglo y adaptaciones y puede servirle. Casi sin deseos, y como fue el único entre todos los que le hable, que me invitó a dar un recorrido en su auto, acepté para no quedar mal.