VISITE LA RED DE BLOGS LUZ Y VERDAD

Archivo

Anécdotas

jueves, 10 de septiembre de 2009

El gatito ingrato

El miauuuuuuuuuuuuuu, miau angustioso se escuchó durante toda la noche. Eran tan agudos que, prácticamente, ni durmieron los de la casa ni algunos vecinos de las casas contiguas. Temprano en la mañana salió el dueño del gato para localizar al molesto felino.

__ ¿Dónde estará?. Se preguntaba su dueño.

Se escuchaban, de vez en cuando, los maullidos salidos de un lugar incierto. Por fin, después de un rato, el dueño descubrió el lugar.

__ ¿Cómo se habrá metido ahí?. Se preguntaba el dueño.

El dichoso gato, el día anterior, había subido por una escalera recostada a la pared de la casa y que el dueño, por descuido, había dejado allí. El gato subió y buscó refugio en el hueco de la pared que hacía de respiradero a la estufa de leña que permanentemente estaba encendida a causa del intenso frío. El gatito se acomodó al sentir el calorcito pero al pasar el tiempo el calor que salía por el respiradero era tan intenso que el gato decidió dejar el refugio, pero cuando fue a salir, ya la escalera no estaba allí. El gato desesperado, durante toda la noche pidió auxilio, pero infructuosamente.

El dueño tomó la escalera nuevamente, la recostó a la alta pared de la casa hasta la altura del respiradero y extendió la mano para tomar al gatito en sus manos, pero ¡sorpresa!, el gato se “engarrotó”, gruñó amenazante, lanzó un zarpazo aruñando la mano de su salvador, quien rápidamente la retiró para no ser dañado mas de lo que estaba. El gato retrocedió. El dueño, al ver el peligro de la caída hacia adentro, y para evitar que cayera en la estufa, volvió, con palabras cariñosas a intentar recuperar a su “misifuz”, quien se resistía a la operación de salvataje.
El dueño extendió la mano con cuidado para tomar al gatito, pero este, reculando y no entendiendo el favor que se le hacía, calló de súbito por el túnel que desembocaba en la estufa y casi se asa el gato ese día.

Esta anécdota no hace más que representar la actitud de muchas personas en relación al Evangelio. Nos acercamos para extenderle la mano salvadora de Jesucristo, y reaccionan mal, rechazando todo tipo de ayuda, pensando que se les va a hacer daño.
A la postre cosechan las consecuencias de su hostilidad.
También nos ilustra la actitud mal agradecida de algunas personas, que prefieren permanecer en su condición lamentable, antes de permitir la ayuda que se les presta, para no tenerle que agradecer nada a nadie.

La Biblia nos enseña: “…Y SED AGRADECIDOS…” Colosenses 3:15


0 comentarios: