El pintor y su amigo

En una oportunidad charlaba con un consiervo mío en relación a aquellas personas que se burlaban de Dios con un espíritu escéptico y burlón dudaban de la existencia de Dios. Alegaban que en el mundo había mucho caos y desórden; y que por lo tanto si Dios existiera las cosas fueran diferentes.

Durante la charla, mi migo pastor me contó una ilustración que me llamó la atención por lo adecuada que era para este tipo de personas. El me dijo que:

Había un pintor que estaba pintando un cuadro que reflejara la creación de Dios. Sus pinceles se movían sobre el lienzo con destreza y habilidad. Estaba ensimismado en su trabajo. Absorto en lo que hacía. Su mente creativa trabajaba y sus manos conjugaban una serie de colores tratando de plasmar la imagen que había concebido de antemano.

En esos momentos, un amigo que pasaba frente a su taller, al ver la puerta abierta, entra sigilosamente. Sin que se diera cuenta, avanza silencioso, sigilosamente y se coloca detrás del pintor. Observa, por unos instantes el cuadro que su amigo pintor estaba pintando: colores sin forma, ligas de colores que nada decían. Aquello era un caos. Cuando vió aquel "embarro", le habla a su amigo pintor, que en un gesto de sorpresa, escucha que le dice:

__ ¿Qué haces?

__ Pintando la creación de Dios__ contesta el pintor.

__ Pero lo que tienes en el cuadro es un caos de colores..., no se entiende nada. Replicó el amigo

A lo que el pintor le respondió:

__ Recuerda que todavía las manos del pintor están sobre el cuadro.

El amigo quedó callado por unos instante, no supo que responder y...volviéndose salió calladamente como entró.

Cuando pienso en esta anécdota, vienen a mi mente tantas personas que en su escepticimo están prestos a criticar a Dios por el desorden y el caos que hay en este mundo. No se dan cuenta que el mismo hombre ha sido el causante de todo ese desastre, que Dios no ha terminado y que sus manos están trabajando todavía sobre el cuadro de este mundo.