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Anécdotas

martes, 22 de febrero de 2011

No se Rindan

El muchacho era hijo de un matrimonio relativamente pobre. Estaba estudiando y terminando el secundario para ingresar a la Universidad. Sus notas no eran sobresalientes, sin embargo solo le faltaba una materia para terminar. Se presentó por primera vez a los exámenes y desaprobó. Intentó otra vez, y desaprobó. Fue al tercer intento, y desaprobó. En el cuarto intento, pudo sacar la  materia que le faltaba. En la Universidad hizo un esfuerzo para no desaprobar ninguna. Por fin terminó su carrera.
En el acto de clausura de curso, él fue designado por sus compañeros para pronunciar el discurso final. Cuando llegó su momento, lo invitaron a pasar al podio, y allí, ante aquella multitud de compañeros y profesores se paró. Se quitó el sombrero y colocó su portafolios en una butaca. Se veía un poco turbado, pero al recuperarse, se dirigió a las gentes y dijo en alta voz: ¡NO SE RINDANNNNNNNNNNN!. Las gentes se quedaron expectantes esperando que comenzara el discurso, pero él, volviéndose tomó su sombrero, tomó su portafolios y se sentó.

En medio del silencio y la expectación, volvió a pararse y colocarse detrás del púlpito.

__ Con toda seguridad que ha de pronunciar su discurso. --  Decían algunos.

Nuevamente, ante la multitud que esperaba el tan ansiado discurso, vuelve a dejar escuchar su voz, y con mas fuerza dijo: ¡NO SE RINDANNNNNNNNNNNNNNN!

Eso fue todo lo que dijo nuevamente. ¿saben quién fue este mucho?. Nada menos que Winston Churchil, quien llegó a ser primer ministro de Inglaterra. En 1953, recibió el Premio Novel de Literatura.

Este discurso de tres palabras y nueve letras es el mas pequeño que haya registrado en la historia de las naciones, pero el que a través de la historia de Inglaterra, el que dejó marcas profundas en el carácter e idiosincrasia del pueblo inglés.

Las enseñanzas de este hecho real son muchas, solo quiero exponer la historia. Usted saca las conclusiones que  ha de ser provecho para su vida. Solo quiero oír eco de esas palabras, que a pesar del tiempo siguen resonando en mis oídos y que quizás tú, en medio de tu situación necesitas escuchar: ¡NO TE RINDASSSSSSSSSSSSSS!

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