Esopo, en sus fábulas, cuenta de dos liebres que estaban buscando que comer en el bosque. De pronto, oyen un ruido y un ladrido.
Se asustaron y una le dice a la otra:
__ Parece que es un galgo.
A la que otra le respondió:
__ No, parece que es un podenco.
En eso se enfrascan en una discusión:
No, un galgo; No un podenco; no un galgo, no un podenco.
En eso se aparece un lobo y chás, agarró a una, se la comió y la otra salió despavorida huyendo.
Según se cuenta, la que quedó a salvo, se encontraba nuevamente en el bosque con otra compañera. De repente oyen un ruido, un ladrido. Se asustaron y la otra le dice a la liebre que se había salvado la vez anterior:
__ Parece que es un galgo.
A lo que contestó:
__Parece que me voy.
Y sin pensarlo mas, salió huyendo y se metió en la madriguera, que no estaba muy lejos de allí.
La otra, del susto, no esperó mas y huyó también.
Qué nos enseña esta anécdota:
- Que las discusiones no traen, por consecuencia, nada bueno.
- Que mientra se discute el tiempo pasa y nada se resuelve
- La discusión trae enemistad con el que disiente.
- Que el que saca provecho de todo es Satanás, que se goza con la enemistad de las personas.
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